TOUR POR NUESTRA RECÁMARA

Curiosamente, nuestra habitación es el lugar de la casa a la que menos atención he puesto en todos los lugares en los que hemos vivido. Como que siempre es un sitio que he dejado para después, ya que tenga a mi gusto la cocina, el comedor y la sala, que son los puntos de reunión y que por lo mismo me interesa aún más que estén a mi gusto.

Sin embargo, últimamente he pensado mucho que si tu casa es un recinto sagrado, tu habitación es algo así como el corazón de ese espacio al que siempre regresas para recogerte y encontrarte contigo mismo y con los que más amas. Y es por eso que he empezado a poner más cuidado y cariño a este lugar de la casa en el que, si bien no pasamos mucho tiempo, es donde descansamos al final de la jornada y recuperamos toda la energía para el día siguiente.

Cuando vivíamos en Monterrey, David tenía su estudio fotográfico, pero desde que nos mudamos a Tecate, siempre habíamos trabajado los dos en casa (¡algún día tengo que escribir al respecto!). Desde que llegamos a vivir a este departamento no tenemos el espacio suficiente para ello y ahora David renta una oficina fuera de casa y yo decidí colocar mi escritorio en nuestra habitación para que el área común no se viera demasiado apretada.

En honor a la verdad, trabajo muchísimo más en el comedor que en mi escritorio y no me encanta como se ve en la recámara porque le resta mucho espacio, pero no me quiero deshacer de él y me sirve para colocar algunos de mis libros favoritos relacionados con creatividad y las cosas que más utilizo en el cajón. También tengo un pequeño mueble abierto de cajones donde guardo telas y mi caja con acuarelas y papel para pintar.

Creo que a la recámara ya no hay mucho más que hacerle, así como está ya me gusta muchísimo y siento mucha calma cuando entro a ella porque además es la parte de la casa que recibe la luz del norte, que es la más bella de todo el departamento y con sólo asomarme a media tarde me pongo de buenas y me lleno de inspiración. En lo que sí tengo trabajo todavía es en descombrar y ordenar algunos cajones, así que aquí les comparto solamente lo que llevo avanzado desde esta última mudanza =)

Soy muy colorida para toda mi casa, pero en nuestra recámara me gustan los colores neutros, quizá porque la calma que me inspiran se me hace muy apropiada para un lugar en el que descansas y te desconectas del mundo. Los cojines de la cabecera los hice yo y las cortinas son blancas y translúcidas porque la vista es privilegiada y la luz increíble.

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Hay dos grupos de libros en la recámara: los de mi escritorio son relacionados con creatividad y los que están encima de este mueble blanco de Ikea son sobre emociones, desarrollo humano y crianza, otros temas de los que soy apasionada. Las ilustraciones son de una querida amiga y artista, Alejandra Cantú, de Monterrey. Sobre este mueble tenemos también la impresora y una pequeña figura de Yoda, que es algo así como un amuleto para David ;)

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Como tengo poco espacio para guardar, abajo de la cama tengo varias cajas con cobijas, adornos navideños y ropa de invierno.

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Aquí están algunos de mis cajones y la parte izquierda de nuestro clóset, que es la mía.

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¡Gracias por acompañarme! Nos vemos después para las siguientes entregas: los tours por la recámara de mis hijos, el área común y el baño.